Es recién al contactarse con el cuerpo tangible que se abren todas las posibilidades de contaminación. Es entonces que las características de su incipiente personalidad podrán cargar con las diferentes posibilidades de desarrollo de la bondad y la maldad, en sus tan variadas dosis.
Todo pasa por la intencionalidad y no por el resultado de las acciones. Volviendo a nuestro tema, diremos que será necesaria la intención de causar un daño o perjuicio para que exista maldad. De la misma manera, se requerirá la intención de causar un beneficio o el bien a alguien para que quede manifestada la bondad.
Todo pasa por la intencionalidad y no por el resultado de las acciones. Volviendo a nuestro tema, diremos que será necesaria la intención de causar un daño o perjuicio para que exista maldad. De la misma manera, se requerirá la intención de causar un beneficio o el bien a alguien para que quede manifestada la bondad.