¡Oh amor poderoso ¡Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia.
No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino.
El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.
De lo que tengo miedo es de tu miedo.
Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.