La abuela en la terraza tiene unas cuantas, la muy avariciosa… las riega con entusiasmo y dedicación de la misma forma que cuida del aloe vera, la dama de noche o los geranios, y aunque la planta crece y crece, sus ingresos no se ven afectados. La mía, debido a mis métodos de cuidado quizá inconscientemente guiado por el poco éxito que tiene ella, aunque se mantiene gracias a su robustez, no está de muy buen ver, cosa que demuestra la foto…