El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.
Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada, y nunca más odiosa que cuando pretende disfrazarse de justicia.
Perdonar supone siempre un poco de olvido, un poco de desprecio y un mucho de comodidad.