No hay sentimiento que valga; el amor es una ocupación como otra cualquiera.
Nunca, como al morir un ser querido, necesitamos creer que hay un cielo.
Sólo por nuestras obras, por nuestra acción, podemos saber de nuestra vida.
No hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros sentimientos.
El enemigo sólo empieza a ser terrible cuando empieza a tener razon.
En cada niño nace la humanidad.
La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe.