Finalmente, el follaje adquiere un tono amarillento. Sin embargo, al contrario que ocurre con otras bulbosas, conviene mantener los bulbos en la tierra hasta la próxima primavera, cuando disfrutaremos de una floración más intensa. También podemos retirarlos y almacenarlos. Para que no se estropeen, tras sacarlos del terreno, se dejan secar en un lugar a la sombra y aireado. Después, los guardaremos en un lugar fresco, seco y bien ventilado.