Aparte de estos recipientes, lo más común es plantarlos en la tierra, ya sea en jardín o en macetas. En el primer caso, los bulbos deben introducirse a un palmo bajo tierra. Para pasarlos al terreno, buscaremos un lugar con suelo drenado, suelto y fértil, donde dé bien el sol. Insistimos en que el exceso de riego y los suelos húmedos pueden pudrir la planta. Para la tierra podemos usar una mezcla de tres partes: una de arena de río, otra de sustrato universal y una tercera de mantillo.