OROPESA DEL MAR: Tras de sí el político socialista deja una dilatada...

La Constitución perdió ayer a otro de sus padres. Gregorio Peces-Barba falleció en Oviedo a los 74 años tras varios días ingresado a causa de una insuficiencia renal complicada por otra cardíaca. Aunque el Congreso se ofreció para alojar la capilla ardiente, finalmente su familia decidió que ésta se instalara en el municipio madrileño de Colmenarejo, donde Peces-Barba mantenía su residencia y donde también recibirá sepultura.

Tras de sí el político socialista deja una dilatada carrera dedicada al servicio público y a la educación universitaria. Peces-Barba, abogado de profesión, sufrió también el acoso de la dictadura y llegó a ser condenado al destierro en la localidad burgalesa de Santa María del Campo. Tras la muerte de Franco y el comienzo de la Transición fue la persona designada por el PSOE para representarle en la elaboración de la Carta Magna. En su elección jugaron un papel fundamental dos de sus más importante cualidades: su enorme bagaje intelectual y su capacidad para alcanzar acuerdos. Su pensamiento puede resumirse en una de sus frases: «Las discrepancias políticas no tienen que resolverse desde la dialéctica del odio, si no desde la dialéctica de la amistad».
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Junto a los también fallecidos Manuel Fraga, Jordi Solé Tura y Gabriel Cisneros, además de Miquel Roca, José Pérez-Llorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, protagonizó las maratonianas reuniones durante las que nació una Constitución que introdujo a España en la senda democrática.