La hierba fresca se puede mantener en el frigorífico durante cortos periodos de tiempo guardada en una bolsa de plástico o durante periodos más largos en el congelador, si se le escalda rápidamente en agua hirviendo. También se pueden mantener las hojas frescas en un tarro con una pizca de sal y cubiertas con aceite de oliva. Otra forma de conservarla es liarla en papel de cocina ligeramente húmedo y después volver a liarla en papel de aluminio. Para que no se apelmace a la hora de picarlo, lavarlo antes de guardarlo en el frigorífico, cuando lo queramos utilizar, lo sacaremos del frigorífico y lo picaremos directamente y así no se apelmaza.