OROPESA DEL MAR: Y cuando estás en la altura...

BRINDIS

No es cosa fácil brindar

después de mucho comer,

ni conviene mucho hablar

después de tanto beber;

porque es una cosa el vino

que de tal modo marea,

que no hay ningún desatino

que hijo del vino sea.

Entorpece y amodorra

y el que en abusar se empeña,

habla como una cotorra,

y piensa como una moleña.

Piensa que la tabernera,

el jarro y el mostrador,

el compadre y la espetera,

le bailan alrededor.

Cuenta dos o tres badiles

donde sólo hay un badil

y ve lucir dos candiles,

donde sólo hay un candil.

Lengua remojada en vino

no dice “jarra del agua”,

sino que perdiendo el tino

dice: la “jarra de guagua”

Cabeza un poco caliente,

Piensa que del sol abajo,

No hay un hombre más valiente

Que el que ella tiene debajo.

Por eso es bueno a mi ver,

este consejo adoptar:

“si se ha de beber, no hablar;

si se ha de hablar, no beber”.

Yo voy a hablar porque creo

que no hablaré en tartamudo;

ni yo barrunto el mareo,

ni tengo en la lengua un nudo.

Porque al vino en dosis grande le digo,

al beberlo, así:

No quiero que tú me mandes;

Quiero mandarte yo a ti.

Con tu agradable gustillo

Quieres hacerme traición;

Sé que eres un caciquillo,

que aspiras a ser burlón.

Al estómago bajando

te vas el humilde haciendo;

pero al irte calentando,

vas subiendo, vas subiendo.

Y cuando estás en la altura

Donde un tonto te subió

Dices con mucha frescura:

“Aquí, el que manda soy yo”.

Al estómago bajando

te vas el humilde haciendo

pero al irte calentando

vas subiendo, vas subiendo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Y cuando estás en la altura

donde un tonto te subió

dices con mucha frescura

“aquí quien manda soy yo”.

Apagas la luz aquella

que la mollera ilumina,

y el pobre tonto se estrella

contra la primera esquina. ... (ver texto completo)