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PAVIAS: HISTORIA DE PAVIAS...

HISTORIA DE PAVIAS

Pavías es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Situado en la provincia de Castellón, en la comarca del Alto Palancia. Situado en la zona occidental de la Sierra de Espadán. Limita al Norte y al Este con Higueras y la comara del Alto Mijares, al oeste con Caudiel y al sur con Gaibiel y Matet.
Su término municipal se encuentra situado íntegramente dentro del parque natural de la Sierra de Espadán por lo que presenta un relieve muy accidentado. Se encuentra surcado por el barranco de Pavás y la rambla del Perrudo. En él destacan alturas como los picos de Peñalba (881m.) y Huesa (872m.)
Las primeras referencias de la localidad se sitúan en los siglos XI y XII y la vinculan al castillo de Almonecir, que dominaba los actuales términos de Algimia de Almonacid, Matet, Pavías y la Vall de Almonacid con una extensón aproximada de 71 Km. cuadrados, aunque no se conserva ningún resto de esta época.
En Pavías, al igual que en las localidades vecinas, debió extenderse la cultura e influencia musulmana; si bien, por el contrario que en las de Algimia, Matet y la vall de Almonacid, no ha permanecido vestigio aparente de la misma.
La zona fue reconquistada por Jaime I, los musulmanes que vivían en el territorio bajo jurisdicción del castillo de Almonecir formaban la Aljama, comunidad gobernada por una mezcla de leyes cristianas (furs de Valencia) e islámicas. La Aljama del Castllo y Valle de Almonecir incluía el Valle de Almonecir (Ayr, Algimia, Torresomera, San Juan y Almedinilla), Matet y Pavías.

En 1238 el Rey Jaime I donó el 22 de mayo del mismo año al Canciller Real Berenguer de Palou, obispo de Barcelona el castillo de Almonecir, con todas sus tierras, aldeas y habitantes como recompensa por la ayuda recibida en la conquista de las taifas de Balensiya en Valencia y Denia. Como recompensa de ésta cruzada recibe varias casas y la Señoría de Almonesir.
Posteriormente pasó a su sucesor Rodrigo Díez, al que sucedió en el señorío su hija Sancha Ferrandis, que estaba bajo la tutela de del propio Rey Pedro III. El Rey tuvo un Hijo natural llamado Jaime Pérez, para el cual había creado el señorío de Segorbe. Sancha Ferrandis se casó con Jaime Pérez por lo que ambos señoríos quedaron unidos. Dicha unión permaneció hasta 1437 debido a que Alfonso V vendió el castillo y el valle de Almonecir a Vidal de Castellá por 20.000 florines de oro de Aragón. El Rey se había anexionado el primero de abril de 1430 los territorios de Fadrique, Ex - conde de Luna debido a su traición durante la guerra contra Castilla (1429), territorios que incluian los castillos de Segorbe y Amonecir.
Tras diversas herencias, el castillo de Almonacir recayó en manos de la casa ducal de Cardona, que estaba unida al ducado de Segorbe desde 1562. Pero en 1581 don Antonio II de Cardona, Duque de Sessa y Barón de Almonecir, y Doña Juana de Córdoba, su mujer, vendieron el valle de Amonecir a Don Dionisio de Reus por 33.000 libras, el cual a su vez hizo la donación en favor de Doña Juana Enríquez, condesa de Aranda, el día 4 de septiembre del mismo año 1581 de “la baronía de la vall de Almonazir con su castillo y lugares de Ayr, Algimia, Matet, Pavías, Almedinilla y Alfandega”.
El Condado de Aranda es un título nobiliario español, concedido en 1508 por Fernando I de Aragón a Lope Ximénez de Urrea, casado con Catalina de Híjar. Su nombre se refiere al municipio aragonés de Aranda de Moncayo, en la provincia de Zaragoza. En 1640, Felipe IV añadía al título condal la Grandeza de España, en la persona de don Antonio Ximénez de Urrea, quinto titular. Al fallecer éste sin sucesión, el título pasó a Pedro Pablo Fernández de Heredia y Ximénez de Urrea.
Un censo poblacional realizado por Jerónimo Muñoz y datado en 1565 y 1572 indica la población del señorío de Almonecir antes de la expulsión de los moriscos. En él se detalla la existencia de 360 moriscos en Ayr (actual valle de Almonecir), 253moriscos en Algimia, 68 moriscos y 27 cristianos viejos en Matet y 189 cristianos viejos en Pavías.
Dicho censo plantea la hipótesis de uq la población cristiana (en época musulmana) se refugió en Matet y en Pavías, puntos geográficos más alejados de la aljama de la Vall de Almonecir. Resulta significativo el hecho de que la totalidad de habitantes de Pavías resulten censados como cristianos viejos (aquellos que mantuvieron su fe cristiana aún bajo dominación musulmana).
Parece probable que Pavías mantuviera (al menos desde la Reconquista) una peculiaridad lo cal como refugio de la población cristiana. Esta hipótesis está reforzada por el hecho de que: resultando evidentes los signos arquitectónicos de la época de dominación musulmana en las poblaciones de Algimia, Vall de Almonacid y Matet, resultan completamente ausentes en la de Pavías.
Con anterioridad a la Guerra Civil parece ser que los documentos del actual archivo se guardaban en alguna dependencia anexa a la escuela y se ha constatado que algunos de los papeles presentaban signos y dibujos realizados con posterioridad a la inscripción original. Parece ser que la escasez de papel invitaba a los antiguos alumnos de la escuela a obtenerlo rebuscando en dicha dependencia.
Siempre se había tenido la creencia de que el Archivo Municipal había sido saqueado y destruido por el fuego durante la guerra civil española. Pero durante las obras de ampliación del Ayuntamiento, en 1963, comenzaron a ver la luz una serie de papeles enterrados en el suelo de uno de los habitáculos anexos a la antigua escuela.
Se ha contemplado la hipótesis de que durante la Guerra Civil el Secretario pudo colocar los papeles del Ayuntamiento en el suelo y recogiendo de la calle material con que cubrirlos, los ocultó de quienes pudieran haberlos destruido, como ocurrió con el Archivo Parroquial.
Desgraciadamente parte de la documentación se perdió como consecuencia de la acción de los roedores, inclemencias meteorológicas que afectaron al habitáculo que los contenía y el deficiente sistema de conservación, que favoreció que la humedad por un lado, y la fermentación de excrementos por otro, destruyeran el papel.
En 1998 la Asociación Cultural Artea asumió el reto de intentar recuperar la memoria histórica de la población y se comenzó a clasificar secuencialmente la documentación del Archivo Histórico del Ayuntamiento, encontrando escritos que se remontan a la segunda mitad del siglo XVI.