Iglesia de
San Joaquín y
Santa Ana, en la
calle Purísima. Data de 1642 y formaba parte de un gran
convento de mercedarios. Es un templo barroco de una sola nave con una rica decoración barroca, elementos ornamentales vegetales, alternando con querubines y tenantes. El exterior presenta un interesante
juego de volúmenes y una gran
fachada.