De los restos de
muralla encontrados de la época
romana, se puede decir que su
fábrica era de mampostería con mortero de cal, y presentaban un grosor de aproximadamente medio y medio, mientras que su
altura llegaba a los ocho metros. Del trazado
medieval de las
murallas queda la
puerta conocida como
Arco de la verónica, o Puerta de la Verónica, la Puerta de
Teruel, las
torres del Botxí y de la Cárcel. La puerta Verónica debe su nombre a la existencia en su interior de una imagen de la
Santa Faz. Es una puerta de dimensiones reducidas, presenta arco de medio punto con dovelas alargadas, de fábrica de sillar. Al igual que sucede con otros de los restos del recinto
amurallado, es difícil datarla, existiendo diversas opiniones e hipótesis sobre sus orígenes.