Única
puerta del antiguo sistema de
murallas de la ciudad que se conserva, conectaba con el
camino de
Benasal. Es conocido popularmente como El Portalet, se ubica en la
calle de
San Roque, en la actualidad se encuentra adosado a viviendas y acoge en la parte superior una pequeña
capilla dedicada al citado
santo. Es reconocible por su buen estado de conservación y el
arco de medio punto de sillería extramuros y rebajado a intramuros. Las murallas
medievales de Vilafranca fueron levantadas durante el reinado de Pedro IV y constaban de cuatro
puertas: la del Forn (del
Horno), la de Mossèn Miquel Gil o del Collat (del cura Miquel Gil o del Collado), la de l’Església (de la
Iglesia) y, finalmente, la que nos ocupa.