En la parte norte de la población destaca la Ermita del Calvario del S. XVIII dedicada a San Joaquín y Santa Ana, enmarcada por un bello paseo de cipreses columnares y las casetas de las estaciones o pasos del Calvario. En su interior además de las figuras de los santos citados encontramos la de San Engracio Mártir, patrón de la población.