Me he enterado que ha faltado el Maestro Antonio Montejano, que ejerció su profesión en Aielo, persona de gran calidad humana, simpático y agradable, dispuesto siempre a ayudar. ¡Qué brava la muerte!. Se viste de fiesta con sus mejores galas y se presenta en las casas con todo su poder, arrebatando vidas. En unos años, se ha llevado a muchas personas que apreciaba y eran entrañables para mi, de todas las edades: niños, jóvenes y mayores. ¡No diferencia!.