La caida del
puente, me ha dado mucha pena, en esa zona, jugábamos cuando íbamos a la casita de la tía Elvira a merendar o a pasar el día. Al regresar, guiándonos por el olor, cogíamos plantas aromáticas que llevábamos a
casa como si de un gran tesoro se tratara. ¡Cuantos recuerdos!