Soy xufera de toda la vida, desde que nací vivo en
Alboraya. Tengo 27 años y hay que ver lo que ha cambiado el "
pueblo". Aunque muchas cosas no me gustan siempre será mi "pueblo" y se me llena la boca de orgullo al hablar de él. Pero siento nostalgia de esa Alboraya que cada vez lo es menos. Estoy de acuerdo con el progreso, pero con medida y cuidado, porque el progreso desmesurado y egoista destroza la esencia y el corazon de las cosas. Nos estamos quedando sin orxaterías, sin
huerta, sin
playas,
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