¿tienes una panadería?



Se helaron todas las manos cruzadas sobre todos los pechos..
Se ajaron más flores de las que había en el jardín...
Mi manera de amarte es una catedral de silencios escogidos,
y mis sueños una escalera sin principio pero con fin...

Alguien va a entrar por la puerta... Se siente sonreír el aire...
Tejedoras viudas gozan las mortajas de vírgenes que tejen...
Ah, tu tedio es una estatua de una mujer que ha de venir,
el perfume que los crisantemos tendrían, si lo tuviesen...
... (ver texto completo)
¡Hay tan poca gente que ame los paisajes que no existen!...
Saber que continuará habiendo el mismo mundo mañana— ¡cómo nos entristece!...
Que mi oír tu silencio no sean nubes que contristen
tu sonrisa, ángel exiliado, y tu tedio, aureola negra...

Suave, como tener madre y hermanas, la tarde rica desciende...
No llueve ya, y el vasto cielo es una gran sonrisa imperfecta...
Mi conciencia de tener conciencia de ti es una prez,
y mi saberte sonriendo es una flor mustia en mi pecho...
... (ver texto completo)
¡Ser, y no ser ya más!... ¡Oh leones nacidos en la jaula!...
Repicar de campanas hacia más allá, en el Otro Valle... ¿Cerca?...
Arde el colegio y un niño quedó encerrado en el aula...
¿Por qué no ha de ser el Norte el Sur?... ¿Qué es lo que está descubierto?...

Y yo deliro... De repente hago pausa en lo que pienso... Te miro
y tu silencio es una ceguera mía... Te miro y sueño...
Hay cosas rojas y cobrizas en el modo de meditarte,
y tu idea sabe a recuerdo del sabor de un espanto...
... (ver texto completo)
Se helaron todas las manos cruzadas sobre todos los pechos..
Se ajaron más flores de las que había en el jardín...
Mi manera de amarte es una catedral de silencios escogidos,
y mis sueños una escalera sin principio pero con fin...

Alguien va a entrar por la puerta... Se siente sonreír el aire...
Tejedoras viudas gozan las mortajas de vírgenes que tejen...
Ah, tu tedio es una estatua de una mujer que ha de venir,
el perfume que los crisantemos tendrían, si lo tuviesen...
... (ver texto completo)
Todos los ocasos se fundieron en mi alma...
Las hierbas de todos los prados fueron frescas bajo mis pies fríos...
Secó en tu mirada la idea de creerte calma,
y el ver yo eso en ti es como un puerto sin navíos...

Se irguieron al tiempo todos los remos... Por el oro de los trigales
pasó una saudade de no ser mar... Frente
a mi trono de alienación hay gestos con piedras raras...
Mi alma es una lámpara que se apagó y aún está caliente...
... (ver texto completo)
¡Ser, y no ser ya más!... ¡Oh leones nacidos en la jaula!...
Repicar de campanas hacia más allá, en el Otro Valle... ¿Cerca?...
Arde el colegio y un niño quedó encerrado en el aula...
¿Por qué no ha de ser el Norte el Sur?... ¿Qué es lo que está descubierto?...

Y yo deliro... De repente hago pausa en lo que pienso... Te miro
y tu silencio es una ceguera mía... Te miro y sueño...
Hay cosas rojas y cobrizas en el modo de meditarte,
y tu idea sabe a recuerdo del sabor de un espanto...
... (ver texto completo)
La loca partió todos los candelabros glabros,
ensució de humano el lago con cartas rasgadas, muchas...
Y mi alma es aquella luz que nunca más tendrán los candelabros...
¿Y qué quieren del lago aciago mis ansias, brisas fortuitas?...

¿Por qué me aflijo y me enfermo?... Se acuestan desnudas al claro de luna
todas las ninfas... Vino el sol y habían ya partido...
Tu silencio que me arrulla es la idea de naufragar,
y la idea de que tu voz suene a lira de un Apolo fingido...
... (ver texto completo)
Todos los ocasos se fundieron en mi alma...
Las hierbas de todos los prados fueron frescas bajo mis pies fríos...
Secó en tu mirada la idea de creerte calma,
y el ver yo eso en ti es como un puerto sin navíos...

Se irguieron al tiempo todos los remos... Por el oro de los trigales
pasó una saudade de no ser mar... Frente
a mi trono de alienación hay gestos con piedras raras...
Mi alma es una lámpara que se apagó y aún está caliente...
... (ver texto completo)
Los haces de los lictores se abrieron al borde de los caminos...
Los pendones de las victorias medievales no llegaron ni a las cruzadas...
Pusieron infolios útiles entre las piedras de las barricadas...
Y la hierba creció en las vías férreas con lozanía dañina...

¡Ah, qué vieja es esta hora!... ¡Y todas las naves partieron!
En la playa sólo un cabo muerto y unos restos de vela hablan
de lo Lejano, de las horas del Sur, de donde nuestros sueños sacan
aquella angustia de más soñar ... (ver texto completo)
La loca partió todos los candelabros glabros,
ensució de humano el lago con cartas rasgadas, muchas...
Y mi alma es aquella luz que nunca más tendrán los candelabros...
¿Y qué quieren del lago aciago mis ansias, brisas fortuitas?...

¿Por qué me aflijo y me enfermo?... Se acuestan desnudas al claro de luna
todas las ninfas... Vino el sol y habían ya partido...
Tu silencio que me arrulla es la idea de naufragar,
y la idea de que tu voz suene a lira de un Apolo fingido...
... (ver texto completo)
Llueve oro mate, mas no en lo exterior... Es dentro de mí... Soy la Hora,
y la Hora es de asombros y toda ella escombros de ella misma...
En mi atención hay una viuda pobre que nunca llora...
En mi cielo interior nunca hubo una sola estrella..

Hoy el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto...
La lluvia menuda está vacía... La Hora sabe a haber sido...
¡Y no haber algo como lechos para las naves!...
Absorta en alienarse de sí, tu mirada es una plaga sin sentido...
... (ver texto completo)
Los haces de los lictores se abrieron al borde de los caminos...
Los pendones de las victorias medievales no llegaron ni a las cruzadas...
Pusieron infolios útiles entre las piedras de las barricadas...
Y la hierba creció en las vías férreas con lozanía dañina...

¡Ah, qué vieja es esta hora!... ¡Y todas las naves partieron!
En la playa sólo un cabo muerto y unos restos de vela hablan
de lo Lejano, de las horas del Sur, de donde nuestros sueños sacan
aquella angustia de más soñar ... (ver texto completo)
Fernando Pessoa

Hora absurda

Tu silencio es una nave con todas las velas llenas...
Blandas, las brisas juegan en las flámulas, tu sonrisa...
Y tu sonrisa en tu silencio es la escalera y las andas
con que me finjo más alto y junto a cualquier paraíso...

Mi corazón es un ánfora que cae y que se quiebra... ... (ver texto completo)
Llueve oro mate, mas no en lo exterior... Es dentro de mí... Soy la Hora,
y la Hora es de asombros y toda ella escombros de ella misma...
En mi atención hay una viuda pobre que nunca llora...
En mi cielo interior nunca hubo una sola estrella..

Hoy el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto...
La lluvia menuda está vacía... La Hora sabe a haber sido...
¡Y no haber algo como lechos para las naves!...
Absorta en alienarse de sí, tu mirada es una plaga sin sentido...
... (ver texto completo)
Fernando Pessoa

Hora absurda

Tu silencio es una nave con todas las velas llenas...
Blandas, las brisas juegan en las flámulas, tu sonrisa...
Y tu sonrisa en tu silencio es la escalera y las andas
con que me finjo más alto y junto a cualquier paraíso...

Mi corazón es un ánfora que cae y que se quiebra... ... (ver texto completo)
2201. El cielo, es cierto, prohibe algunas satisfacciones, pero en el hay comodidades (Jean Batiste Moliere)
2203. Ama a la tierra en que naciste y a la cual volverás con la muerte
2199. No hay nada tan cierto en el mundo como la muerte y los impuestos (Benjamin Franklin)
2201. El cielo, es cierto, prohibe algunas satisfacciones, pero en el hay comodidades (Jean Batiste Moliere)
2199. No hay nada tan cierto en el mundo como la muerte y los impuestos (Benjamin Franklin)
Melchor de Palau

En clase

Dando vueltas al globo de los mundos,
asombrado un alumno así exclamaba
«en torno a tan pequeños continentes:
¡cuánta agua
mientras yo, por las penas abrumado,
murmuraba inconsciente estas palabras ... (ver texto completo)
Blanca es la virgen nieve
que, en los comienzos, el arroyo bebe;
blancas las perlas que la fresca aurora,
al despertar, sobre los campos, llora;
blanca del agua la rizosa espuma;
blanca del cisne la luciente pluma;
blanca la leche que alimenta al niño,
y son blancas las pieles del armiño.
Blanco el incienso que a los aires sube;
blancas pintan las alas del querube;
blancas son la inocencia y la alegría;
blanca la fe que entre las sombras guía;
blanco es el lirio, de pureza emblema
es blanca de la virgen la diadema;
y, según dicen, es el blanco velo
traje de recepción allá en el cielo.

El rosa y el azul, pese al poeta, ... (ver texto completo)
Bien hayas ¡oh blancura!
anidadora de la esencia pura;
no era precisa, no, la voz del sabio
para mover en tu loor el labio:
que nada afirma la preclara Ciencia
que no está ya grabado en la conciencia;
de blanco la natura soberana
sus hijos predilectos engalana,
y hasta la fantasía, cuando crea,
de blanco viste la naciente idea.
Blanca es la virgen nieve
que, en los comienzos, el arroyo bebe;
blancas las perlas que la fresca aurora,
al despertar, sobre los campos, llora;
blanca del agua la rizosa espuma;
blanca del cisne la luciente pluma;
blanca la leche que alimenta al niño,
y son blancas las pieles del armiño.
Bien hayas ¡oh blancura!
anidadora de la esencia pura;
no era precisa, no, la voz del sabio
para mover en tu loor el labio:
que nada afirma la preclara Ciencia
que no está ya grabado en la conciencia;
de blanco la natura soberana
sus hijos predilectos engalana,
y hasta la fantasía, cuando crea,
de blanco viste la naciente idea.