El
castillo de
Alpuente se alza lo alto de la gran mole de
piedra sobre la que se asienta el
pueblo. Aunque desde mediados del siglo XIX se encuentra en
ruinas, durante la mayor parte de la
historia alpontina dio
refugio a las gentes de la villa cuando las
murallas no podían resistir el ímpetu de los asaltantes. Aún guarda bajo sus derrumbadas estructuras una valiosa
información arqueológica.De la magnífica e inexpugnable fortaleza quedan restos de procedencia
romana y árabe: aljibes, cisternas, pozas y cámaras que parecen auténticas mazmorras, y
pilas de piedra donde se picaba la pólvora. Lo mejor conservado del castillo es la
Torre de la
Veleta o del
Homenaje, construcción de sillería que, a pesar de los repetidos derribos, mantiene unos diez metros de elevación.Está catalogado, junto a las murallas como bien de interés cultural