El término municipal alcireño ha estado poblado desde la Prehistoria. Los yacimientos arqueológicos nos muestran numerosos lugares habitados.
Los orígenes de
Alzira resultan, no obstante, indeterminados. Historiadores y estudiosos han manifestado sus opiniones de forma dispar. Para algunos, la ciudad es la sucesora de la Sucro Ibérica; otros inciden en que es fundación netamente musulmana. Lo cierto es que el topónimo refleja claramente la circunstancia geográfica de la antigua villa; un núcleo de población
amurallado y rodeado por las
aguas de los
rios Xúquer y Barxeta.
Durante el dominio musulmán, Alcira fue una población tan importante que llegó a tener Gobernación propia. Con los almorávides, fue foco destacado en diversas rebeliones contra los cristianos, y con el intento de unificación almohade, pasó a declararse partidaria de estos. Numerosas alquerías se esparcían por el territorio alzireño. La villa contaba con diversas
puertas de acceso, como la
Puerta Real, la de la Trinidad, la de los Judíos; así como
casas de baño, mezquitas,
molinos etc. Jaime I la tomó para los cristianos, incorporándola a la civilización occidental, el 30 de Diciembre de 1242, consiguiendo así el paso para la total conquista de todo el Reino de
Valencia, puesto que Alcira era la única ciudad que poseía un
puente que atravesara el
río Júcar.
El rey aragonés, que sentía especial predilección por la villa, le otorgó infinidad de privilegios, entre los cuales destacaba el de mero y mixto imperio, con jurisdicción en causas civiles y criminales sobre 42
pueblos, y le dio también en propiedad la Acequia Real, ademas de concederle el
escudo real del monarca, con una llave gravada en el, que significava, que en alzira estava la llave a la conquista total del reino de valencia
Alzira tambien es la ciudad en la que murio el monarca aragones, mientras construia la famosa "Creu Coberta" o "
cruz cubierta".
El rey Alfonso I concedió a la villa, el 29 de abril de 1286, la celebración de
feria desde el día de
San Lorenzo hasta finales de Agosto. Durante la época foral Alzira tomó parte activa en la Guerra de la Unión, participó como villa real en las Cortes del reino y jugó un papel destacado en el compromiso de Caspe.
En 1501 el rey Fernando II dispuso que la feria se trasladara del 15 de Mayo al 15 de Junio, fundamentándola en el hecho de que en el mes de Mayo había
comercio de sedas y
frutas.
Tuvieron
convento en Alzira los jerónimos (
Santa María de la Murta, 1401), las agustinas (Santa Lucía, 1536), las franciscanas (Santa Bárbara, 1539), los trinitarios (San Bernardo, 1558), los capuchinos (la Encarnación 1614), etc.
La crisis de los siglos XVI y XVII fue patente en la villa. A la recesión económica general se unieron otros factores que repercutieron de forma directa y contribuyeron a empeorar todavía más la situación. Por un lado, la segregación de
Carcaixent,
Guadassuar y
Algemesí redució la capacidad económica; por otro, la expulsión de los moriscos, con las conocidas y graves secuelas.
Durante la Guerra de Sucesión la villa se declaró partidaria del archiduque Carlos y se convirtió en
plaza de armas. Fue sede durante algún tiempo de la Junta de Valencia. Vencedor el borbón Felipe V, abolió los fueros y privilegios municipales.
En 1820 se creó el partido judicial de Alzira, que duró hasta 1823, en que fue erigida la Gobernación, que comprendió 42 pueblos y duró hasta 1837, en que de nuevo fue restaurado el partido judicial. A mediados de siglo, concretamente el 9 de abril de 1853, llegó el ferrocarril a Alzira. El 8 de agosto de 1876, Alfonso XII, en consideración a la importancia que, por el aumento de la población y el desarrollo de la industria y el comercio, había conseguido la villa, le concedió el título de Ciudad. En 1885 Alzira se prestó al insigne
médico Jaime Ferrán para que experimentara la vacuna anticolérica.
Entre los hijos ilustres de Alzira destacan los poetas Ibn Jafadja, Ibn al-Zaqqaq e Ibn Tomlus; los eclesiásticos Joan Vich y Gilabert Martí; los escritores Gascó de Siurana, Francesc Palanca y Josep Joaquim Casassús; el Mestre d'Alzira, pintor renacentista de la
escuela valenciana y el pintor, Teodoro Andreu, discípulo de Joaquín Sorolla.
El Archivo Municipal de Alzira constituye el legado patrimonial más importante de nuestro
pueblo. Localizado en la cuarta planta del
edificio del
Ayuntamiento es lugar de encuentro de investigadores que consultan y trabajan su valioso fondo, un tesoro fundamental para conocer y entender la evolución y el desarrollo de nuestra ciudad y de otros pueblos de la comarca. Entre la documentación que guarda cabe destacar la rerie de pergaminos de la Cancillería Real, la colección de los "Llibres dels Actes dels Jurats e Concell", el repertorio de Protocolos Notariales, los Padrones de la Acequia Real, asi como unos cuantos códices especiales entre los cuales merecen enumerarse los Privilegios de la villa, las Ordenanzas Municipales y, sobretodo, el "Aureum Opus Privilegiorum Regni Valencie". Catalogado e inventariado sucesivamente y entre otros por Roque Chabás, Vicente Pelufo y José Mª Parra, está a diposición de cualquier ciudadano y forastero que quiera profundizar en el pasado antiguo y reciente, así como consultar expedientes, boletines, etc. Desde el archivo se impulsa la microfilmación de los documentos antiguos, se recupera prensa y documentación gráfica y escrita, se fomenta la investigación, mediante la convocatoria de becas, y se divulga la
historia de nuestro pueblo a través de la revista de estudiosos históricos comarcal "Al-Gezira". Recientemente se ha incorporado a su
biblioteca auxiliar el fondo "Landete - Giner" constituido por cerca de un millar de volúmenes, la mayoría de carácter histórico, geográfico y linguístico.
Alzira, actualmente, es una ciudad dinamica y cosmopolita, con anchas
calles y altos
edificios y respecto a su economia,Alzira hoy por hoy, presenta un equilibrio entre los tres sectores productivos. La
agricultura era, hasta hace pocos años, la actividad más importante, donde destacaba el cultivo de la naranja, del cual se tienen noticias como factor agromercantil en el siglo XVI. A finales del XVIII y principios del XIX comenzó a ser cultivo intensivo, y junto a las primitivas plantaciones, que correspondían a la variedad "comuna", salieron otras como la "navel", "sanguina", "verna" etc. Son 62.000 las hanegadas que en el término de Alzira se dedican al cultivo de cítricos, término que ocupa el primer lugar en el total del país; por eso Alzira es conocida como "la cuna de la naranja". Además de los cítricos, están los cultivos de
huerta tradicional. La industria, desarrollada espectacularmente a partir de los años 60 y como consecuencia de la crisis agraria, cuenta con importantes
fábricas dedicadas a la producción avícola, helados, papel, tintes, hilaturas, cartonajes, construcción, muebles, impresión, bebidas y un sector subsidiario de la producción agrícola. Finalmente, el sector de los servicios es consecuencia de otros dos, y su desarrollo paralelo se manifiesta en la cantidad de oficinas bancarias, agencias, concesionarios, funcionariado, comercio, etc.