Entre estas normas de purificación antes de que llegase empujando con fuerza la vida de los animales y de las plantas, estaba el precepto de quemar todo lo viejo, todo lo que pudiera estar contaminado. Hemos de tener presente que nuestros antepasados eran mucho más vulnerables a las epidemias; ellos y sus animales. Por eso se debió convertir en ineludible deber religioso quemar todo lo que se había sacado de la limpieza, cuanto más, mejor. Esas hogueras profilácticas se conservan por todo el mundo. ... (ver texto completo)