Son un total de 53
ventanas, que corresponden a 53 estancias, repartidas en 3-4 niveles (como las plantas de un
edificio). Según se piensa, las «habitaciones» eran independientes al principio, pero más tarde se comunicaron, dando lugar a una especie de laberinto. Tras muchas investigaciones, su origen se ha datado entre los siglos X-XI, y la teoría más aceptada es que se usaban como
graneros. Comienza el reto. Trepando, reptando, arrastrándome… poco a poco voy avanzando. Hay multitud de
pasadizos en todas direcciones, pero por esta vez me limito a seguir los que parecen encaminarse hacia la salida… Arriba, abajo y a los lados. Estos conceptos pierden un poco su sentido aquí adentro. Tampoco puedes ir hacia la luz: las ventanas se precipitan en una caída de varias decenas de metros… Finalmente llego a la salida. Qué aventura! La visita resultará apasionante, sobre todo para los más pequeños de la
casa.