Desde allí nos dirigimos a la plaça de Bous (
plaza de toros), la más antigua de la
Comunidad Valenciana (1843) y la más singular, pues está parcialmente tallada en
roca y ofrece un curioso aspecto que nos recuerda a los viejos anfiteatros
romanos. El coso no es la única construcción singular de la localidad: el
monasterio rupestre de las Agustinas, del siglo XVI, comprende una
capilla y otros espacios anexos de unos 50 metros cuadrados excavados en la roca con sorprendentes resultados.