A través de él, el viajero se topará con la hermosa
iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (siglo XVI), que llegó a contar con uno de los
retablos más elaborados de Juan de Juanes, pintor que era de aquí. En los límites de la ciudad antigua se esconde la
plaza de toros. Es la más antigua de la
Comunidad Valenciana y está enteramente excavada en la
roca, como la cántabra Iglesia de Arroyuelos. No se puede finalizar la visita sin acudir al
Museo Arqueológico Municipal, en el que se exponen diversos objetos de una larga época que abarca desde el Paleolítico Superior hasta la Edad Media. Más curioso resulta el
monumento dedicado a la manta, industria artesanal relevante en la localidad.