La
historia más antigua de Canet está unida a la de
Sagunto. Los primeros vestigios históricos de la población son dos lápidas
romanas con inscripción latina. La romanización de las tierras valencianas se consuma con la intervención de Sertorio (87-72 a. C.) Por otra parte, la dominación musulmana (S. VIII) supuso una islamización rápida e intensa de la población, aunque persistían importantes núcleos mozárabes.
La reconquista de Jaime I, en el siglo XIII, cambia radicalmente el panorama. Cede dos alquerías situadas en Sagunto a 1 km del
mar, a los frailes del
convento del
Puig. Poco después son vendidas a un caballero de Segorbe. Éste a su vez las vende, a mitad del siglo XIV a Francisco Berenguer. Según el historiador Escolano, siendo señor D. Valterra Blanes de Berenguer en el siglo XVI, el lugar estaba
amurallado y contenía 45
casas de cristianos viejos, alojando a una de las cinco compañías de caballeros que guardaban la costa.
En el año 1797 el botánico Cavanilles da cuenta de la existencia de 100 vecinos en Canet de Berenguer, dedicados al cultivo de la seda, aceite, algarrobas, vino, trigo y cebada, no existiendo cultivos de regadío. En 1904 se construye el actual
faro de 30 m de altura con un alcance de 25 millas y cuya característica, diferente a otros, es que se encuentra 300 m tierra adentro entre naranjales.