Fueron mis primeras zarzuelas como oyente protagonizadas esplendidamente por él en el Teatro Ayala de Bilbao, allá por los años 50, que supusieron el veneno que me ha acompañado toda la vida. Eran malos años para todo y veo con tristeza que no permitieron el lanzamiento de mejor modo para tan estupendo artista en mi recuerdo. Desde aquí mi homenaje y mi recuerdo cariñoso. Que descanse en paz en el Cielo donde sí sabrán apreciar mejor su arte.