Ricardo Hernández Bravo
Hacia tu mano cuelgan paraísos...
Hacia tu mano cuelgan paraísos
del árbol sin hojas. Donde el cuerpo
da sombra a su propia sombra,
fácil a lo prohibido
como boca de niño.
Así el brillo de un ojo nos seduce. ... (ver texto completo)
Hacia tu mano cuelgan paraísos...
Hacia tu mano cuelgan paraísos
del árbol sin hojas. Donde el cuerpo
da sombra a su propia sombra,
fácil a lo prohibido
como boca de niño.
Así el brillo de un ojo nos seduce. ... (ver texto completo)