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capilla neogótica, GANDIA

CAPILLA NEOGÓTICA
En el siglo XVI era el despacho utilizado por el duque. Tras la adquisición del palacio por parte de la Compañía de Jesús se construyó la actual capilla consagrada a San Francisco de Borja y realizada por los hermanos Martín Coronas y Orriols. Destaca la gran bóveda de crucería y el rosetón que queda orientado al lado este del edificio. Actualmente la capilla da acceso a una habitación donde se puede apreciar la máscara mortuoria de Francisco de Borja y los azulejos de Manises del siglo XVI. El Palau Ducal, la casa de la familia más poderosa del RenacimientoLa sobria puerta del Palau Ducal puede engañar a simple vista. Incluso puedes pasar por delante de ella sin percatarte de ese gran tesoro que se oculta tras el pórtico de medio punto. Una sensación que se borra al poner un pie en su inmenso patio gótico, del que sobresale esa escalinata construida en dos tramos. Arriba, unas ventanas en las que puedo imaginarme a la familia Borja asomada y, quizá, confabulando algo. Lo hacen desde la única ventana gótica original que queda. Una idea preconcebida por todas esas historias que giran entorno a la familia y que entremezclan realidad y ficción para construir la leyenda negra que ha llegado a nuestros días. SALAS CON HISTORIA
Pasear por el Palau Ducal dels Borja es vivir la historia de Gandia, una ciudad que ha sabido adaptarse a los cambios, igual que esta joya de la arquitectura valenciana. Cada una de sus salas, nos inspira tradición y cultura, lo que las convierte en espacios únicos donde descubrir el reflejo de su historia dorada. La fachada, el patio de Armas, el Salón de Coronas, o el Oratorio, son solo algunos de los espacios por los que pasó Francisco de Borja, y en los que se pueden percibir su obra y gracia mientras fuera IV Duque de Gandia, y antes de unirse a los jesuitas.

Una visita obligada para empaparse de una historia llena de intrigas, amores y desamores, que nos traslada a un tiempo pasado, donde los valores y las costumbres eran otras, y donde los espacios se hacían para vivirlos.

Una historia que empezó cuando el papa Alejandro VI compra el ducado de Gandia para su hijo Pere Lluís (1485) y en ese lote adquiere este edificio. De esta manera, el Palau Ducal se convierte durante 300 años en la casa matriz de su dinastía y en sus estancias residieron y vivieron hasta once duques de Gandia —todos de la familia Borja—. Sí, no fue Roma y fue aquí, al lado del río Serpis, donde habitó una familia que tuvo dos papas, Calixto III y Alejandro VI, este último protector de Copérnico, Leonardo da Vinci o Miguel Ángel. Y fue en el Palau Ducal donde nació y vivió Francisco de Borja (cuarto duque de Gandia y bisnieto de Alejandro VI), que en 1671 fue canonizado.
(Febrero de 2018)