La
ermita fue construida en 1880, según se atestigua en una inscripción sobre la
puerta. Todo el conjunto se halla en buen estado de conservación.
Se trata de una construcción pequeña y cuadrada, con cornisa mixtilínea adornada con pináculos en los extremos. Por encima de ella sobresale la
cúpula de tejas morunas rematada con cupulín y
cruz de forja. La puerta de entrada es de madera, rectangular, y sobre el dintel hay un vano pintado con el nombre de la ermita y el año de construcción. Más arriba, un retablillo de azulejos con la imagen del titular.
El interior es un espacio único sin iluminación exterior, con un sencillo
altar de obra y una
hornacina con fajón de ladrillos con imagen de la Inmaculada, ya que la de
San Miguel Árcangel suele conservarse en la
iglesia parroquial, de la que es el patrono.