La infancia de Francisco trascurrió como la de cualquier niño de su época, a los cinco años ya empezaba ayudar en algún trabajo de la
casa, dar de
comer a las gallinas salir al
campo con una pequeña cesta y una chapolina en busca de dientes de
león o cerrajones para alimentar a los conejos.
Ya más grande como a los 11 años le dieron la tarea cuadrar los
carros que iban llegando a la Venta, soltar los
caballos para llevarlos a beber y ponerles un saco atado a la cabeza lleno de algarrobas, el trabajo
... (ver texto completo)