Los restos de las
ventanas laterales nos permiten saber que reproducían diseños de la misma lonja de la capital. Las dos
bóvedas se sustentan sobre pilastras en forma de soga y helicoidales de arista viva. La magnífica
portada renacentista, hacia 1535, es una de las más bellas y remarcables del primer Renacimiento valenciano. Las
capillas laterales, construidas hacia 1540, fueron obra de Joan de Batea, maestro picapedrero vascofrancés que acabará residiendo en
Ontinyent.