Amiga María Isabel: Hoy me he enterado de tu partida y aunque era anunciada, he sentido un inmenso dolor.
Recuerdo cuando me comunicaste
que los médicos te habían dado dos meses de vida, te contesté
que no creía fuesen eso meses.
Te veía estupenda, tal como eras, con tu gran fuerza interior y estaba convencida que como mínimo estarías entre nosotros dos años.
Te enfadaste conmigo y me soltaste de sopetón que no te diera esperanza de vida y te contesté: prepárate para dos años, no para dos meses,
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