COMO CARNE APRETADA A NUESTROS HUESOS
Como carne apretada a nuestros huesos
nos envuelve el amor más solo y puro,
que, apartados del mundo y su conjuro,
vivimos un festín de fiebre y besos.
Este recinto prieto, donde presos
unánimes nos damos un seguro.
este
campo solar y
nido oscuro
... (ver texto completo)