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PETRES (Valencia)

Alfeñique-Milamores
Foto enviada por Victoria Serna,

Margarito Cuéllar

La siembra

A Vicente Quirarte

A diario riego el árbol de mis poemas. Corto su fruto dulce, amargo o con espinas. Le podo las licencias marchitas, lo libero de larvas y quistes. Los catadores reclaman lo mal que anda mi siembra. Definitivo: retiran mis versos del firmamento. Yo miro transitar ríos de saliva, escucho las detonaciones de sus balas de salva, preparo abono con mierda de vaca y huevos de avestruz, afilo las tijeras de podar. Sé que algo nacerá, aunque no llueva.
Buenas tardes amigos, hoy hace mas fresco, pero sequimos con un bonito dia de sol.
Feliz tarde y a disfrutarla
Un besoooooooooooooooooooooo

Idea Vilariño

Estás solo, lo mismo.

Yo no toco tu vida, tu soledad, tu frente,
yo no soy en tu noche más que un lago, una copa, ... (ver texto completo)
Idea Vilariño

Concédeme esos cielos, esos mundos dormidos,
el peso del silencio, ese arco, ese abandono,
enciéndeme las manos,
ahóndame la vida
con la dádiva dulce que te pido.

Dame la luz sombría, apasionada y firme
de esos cielos lejanos, la armonía ... (ver texto completo)
Idea Vilariño

La noche

Es un oro imposible de comprender, un acabado
silencio que renace y se incorpora.

Las manos de la noche buscan el aire, el aire
se olvida sobre el mar,
el mar cerrado, ... (ver texto completo)
Cabe la turbia poza
gime la rana humilde: por su alpiste
mi ruiseñor solloza...

Dios, patria, amor, ensueño,
se me apartan... Embriágame el
Olvido con su fatal beleño;
y me entrego a mi suerte,
frágil alga que azota enfurecido
un aquilón de muerte...

Y al vendaval, el alga:
¡Muévate, oh Dios, mi
lóbrego destino! ¡Mi confesión me valga!...

Y al alga, el vendaval:
flota y canta; serás
carbón divino: te mudaré en cristal. ... (ver texto completo)
Y si me das oído
y me entrega su miel tu labio joven,
en tu más hondo nido
vuelo a asilar mi aurora,
para que las alondras no me roben
la eternidad de tu hora!...

Mas, ¡ay! cuán poco dura...
Murciélago me ve la tarde triste,
candil, la noche obscura.
Cabe la turbia poza
gime la rana humilde: por su alpiste
mi ruiseñor solloza...

Dios, patria, amor, ensueño,
se me apartan... Embriágame el
Olvido con su fatal beleño;
¡Oh, Amor!... Para invocarte
unjo de aromas finos mi piel ruda,
mírome en tu agua, aparte...

Para ablandar tu reja
pido al hambre su súplica más muda:
a la torcaz, su queja...
Y si me das oído
y me entrega su miel tu labio joven,
en tu más hondo nido
vuelo a asilar mi aurora,
para que las alondras no me roben
la eternidad de tu hora!...

Mas, ¡ay! cuán poco dura...
Murciélago me ve la tarde triste,
candil, la noche obscura.
Que tu amor me apacigüe.
Quiero ser en tu rama dulce abeja,
solitario copigüe...

Y, tú que el agua acreces
del mar en que me esperas, con tu
llanto ¡Madre!... ¿no fui mil veces
golondrina en tu alero;
Rey Mago en tu Pesebre; en tu
quebranto serenador lucero?...
¡Oh, Amor!... Para invocarte
unjo de aromas finos mi piel ruda,
mírome en tu agua, aparte...

Para ablandar tu reja
pido al hambre su súplica más muda:
a la torcaz, su queja...
Ya mi bordón requiero,
y no aquieta mi labio hasta que toca
la sandalia de Homero...

¡Tu cielo azul, tus lares!
¡Patria! Nevado monte! Casa vieja!
roble de mis cantares!
Que tu amor me apacigüe.
Quiero ser en tu rama dulce abeja,
solitario copigüe...

Y, tú que el agua acreces
del mar en que me esperas, con tu
llanto ¡Madre!... ¿no fui mil veces
golondrina en tu alero;
Rey Mago en tu Pesebre; en tu
quebranto serenador lucero?...
Milagroso fantasma
que enloquece a los pájaros sedientos,
y a los árboles pasma.

Ya mi ala a Dios exalto,
y mi pluma se inflama como loca
en su fanal más alto.
Ya mi bordón requiero,
y no aquieta mi labio hasta que toca
la sandalia de Homero...

¡Tu cielo azul, tus lares!
¡Patria! Nevado monte! Casa vieja!
roble de mis cantares!
En un meditar solo;
o en hoja y flor que en ática
guirnalda tiendo a los pies de Apolo...

Ya aletazo aquilino
toca mi ciega fuente, y va a los vientos
el chorro cristalino:
Milagroso fantasma
que enloquece a los pájaros sedientos,
y a los árboles pasma.

Ya mi ala a Dios exalto,
y mi pluma se inflama como loca
en su fanal más alto.
Y el dictamen obscuro,
bajo el aire celeste, en la vigilia,
deformo o transfiguro,
en dádiva secreta;
en salmo de esperanza a la familia,
al amigo, al poeta;
En hieles del despecho;
en áspid que amenaza por la espalda
y me emponzoña el pecho:
En un meditar solo;
o en hoja y flor que en ática
guirnalda tiendo a los pies de Apolo...

Ya aletazo aquilino
toca mi ciega fuente, y va a los vientos
el chorro cristalino:
Y alguien responde: acaso
el ángel bueno que me guarda;
el malo que me perturba el paso;

Dios mismo: acaso Cristo,
por la boca del lodo en que resbalo
o el lirio que conquisto...
Y el dictamen obscuro,
bajo el aire celeste, en la vigilia,
deformo o transfiguro,
en dádiva secreta;
en salmo de esperanza a la familia,
al amigo, al poeta;
En hieles del despecho;
en áspid que amenaza por la espalda
y me emponzoña el pecho:
Y duermo... y en el sueño
me pregunto: ¿quién soy?...
¿quién me conoce?...
¿Estoy despierto o sueño?...

¿Es crimen, es mentira
el placer que me aflige?... ¿santo goce
el dolor que me inspira?...
Y alguien responde: acaso
el ángel bueno que me guarda;
el malo que me perturba el paso;

Dios mismo: acaso Cristo,
por la boca del lodo en que resbalo
o el lirio que conquisto...
Mi cuerpo, con sus lodos,
dejádmelo, que es mío; con su albura,
mi espíritu es de todos...

Y así, aspirando al cielo,
y aspirando a la tierra, y aspirando
a la quietud y al vuelo,
en este inquieto viaje
me siento derribar de cuando en
cuando por el contrario oleaje.
Y duermo... y en el sueño
me pregunto: ¿quién soy?...
¿quién me conoce?...
¿Estoy despierto o sueño?...

¿Es crimen, es mentira
el placer que me aflige?... ¿santo goce
el dolor que me inspira?...