Era un alegre y lindo payaso
aquel que llegó con el circo un día
a un lejano y apartado pueblo,
uno de tantos de sus largas giras
Por la calle desfilaban
payasos, elefantes, magos y trapecistas
y todo el pueblo alegre y alborozado
estaba con la llegada del circo
aquel que llegó con el circo un día
a un lejano y apartado pueblo,
uno de tantos de sus largas giras
Por la calle desfilaban
payasos, elefantes, magos y trapecistas
y todo el pueblo alegre y alborozado
estaba con la llegada del circo
Muy duro trabajaron todos
y muy pronto la gran carpa estuvo erguida.
Algunos ensayaban sus actos y
los animales a lo lejos dormían.
El alegre payasito esperaba con ilusión
que empezara pronto la función.
No había para él nada mejor
que, con su gracia y humor,
ganarse, de los niños. su corazón.
y muy pronto la gran carpa estuvo erguida.
Algunos ensayaban sus actos y
los animales a lo lejos dormían.
El alegre payasito esperaba con ilusión
que empezara pronto la función.
No había para él nada mejor
que, con su gracia y humor,
ganarse, de los niños. su corazón.
Muy orgulloso de su nariz estaba.
No era roja como se acostumbraba.
Era amarilla como el sol
y su brillo a los niños le gustaba
Al final de cada función
los pequeños, hacia él, corrían
y entre gritos y algarabía
su nariz, tocar querían
No era roja como se acostumbraba.
Era amarilla como el sol
y su brillo a los niños le gustaba
Al final de cada función
los pequeños, hacia él, corrían
y entre gritos y algarabía
su nariz, tocar querían
Cuanta alegría sentía el payaso
de saber que su nariz
tan feliz a los niños hacia
Cada noche en penumbra y soledad
el payasito daba brillo a su nariz
y con recelo la guardaba
en una pequeña caja
muy debajo de su almohada.
de saber que su nariz
tan feliz a los niños hacia
Cada noche en penumbra y soledad
el payasito daba brillo a su nariz
y con recelo la guardaba
en una pequeña caja
muy debajo de su almohada.