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PETRES: Si perdiera su nariz,...

Era un alegre y lindo payaso
aquel que llegó con el circo un día
a un lejano y apartado pueblo,
uno de tantos de sus largas giras

Por la calle desfilaban
payasos, elefantes, magos y trapecistas
y todo el pueblo alegre y alborozado

estaba con la llegada del circo

Muy duro trabajaron todos
y muy pronto la gran carpa estuvo erguida.
Algunos ensayaban sus actos y
los animales a lo lejos dormían.

El alegre payasito esperaba con ilusión
que empezara pronto la función.
No había para él nada mejor
que, con su gracia y humor,
ganarse, de los niños. su corazón.

Muy orgulloso de su nariz estaba.
No era roja como se acostumbraba.
Era amarilla como el sol
y su brillo a los niños le gustaba

Al final de cada función
los pequeños, hacia él, corrían
y entre gritos y algarabía
su nariz, tocar querían

Cuanta alegría sentía el payaso
de saber que su nariz
tan feliz a los niños hacia

Cada noche en penumbra y soledad
el payasito daba brillo a su nariz
y con recelo la guardaba

en una pequeña caja
muy debajo de su almohada.

Si perdiera su nariz,

sin trabajo se quedaba.
El dinero, al payasito,

no mucho le importaba,
Pero moriría de tristeza

si del circo se apartara.

Una noche, antes de la función
el payasito debajo de su almohada
la pequeña cajita sacó
y con gran asombró notó
que su brillante nariz ya no estaba.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Cuanta angustia el payasito sentía,
cuanta tristeza en su corazón.
La función debía continuar
pero no con su acto de gracia y humor

Lloraba el payasito su profundo dolor
cuando un niño

en brazos de su madre lo llamó