En un oscuro y solitario desván
carcomido y empolvado
estaba el triste y solitario
caballito de madera.
Muchos años habían pasado
pero aún recordaba aquellos días
cuando sus dibujos de mil colores, lucía
y su pequeño dueño, en su lomo, se mecía.
carcomido y empolvado
estaba el triste y solitario
caballito de madera.
Muchos años habían pasado
pero aún recordaba aquellos días
cuando sus dibujos de mil colores, lucía
y su pequeño dueño, en su lomo, se mecía.
Un buen día sin saber como ni porqué
lo sacaron de aquel cuarto
donde tanto se divertía
junto a los soldaditos de plomo
y los vagoncitos de tren.
Desde entonces estaba allí
rodeado de trastes viejos
en un sombrío rincón
y sin la alegría de aquel niño
que por tanto tiempo, en su lomo montó
lo sacaron de aquel cuarto
donde tanto se divertía
junto a los soldaditos de plomo
y los vagoncitos de tren.
Desde entonces estaba allí
rodeado de trastes viejos
en un sombrío rincón
y sin la alegría de aquel niño
que por tanto tiempo, en su lomo montó
La puerta del desván se abrió un día
y un joven alto y apuesto entró.
Que estaría buscando en aquel lugar
donde solo cosas viejas había?
Con mirada de inspección
el joven por todos los rincones buscó
hasta que pudo encontrar
lo que realmente quería
y un joven alto y apuesto entró.
Que estaría buscando en aquel lugar
donde solo cosas viejas había?
Con mirada de inspección
el joven por todos los rincones buscó
hasta que pudo encontrar
lo que realmente quería
El caballito con asombro
reconoció aquel olor,
era el mismo de aquel niño
que tanta felicidad le dio
El joven con ternura lo levantó
y con suavidad el polvo le quitó.
Con gran paciencia y amor
el brillo y el color a su madera devolvió.
reconoció aquel olor,
era el mismo de aquel niño
que tanta felicidad le dio
El joven con ternura lo levantó
y con suavidad el polvo le quitó.
Con gran paciencia y amor
el brillo y el color a su madera devolvió.
EL joven al caballito cargó
y con gran ilusión lo llevó
a una linda habitación.
El caballito reconoció el lugar
era el mismo cuarto
donde una vez tanto jugó.
Un niño vino corriendo
y en su lomo se montó.
y mientras alegre se mecía
el corazón del caballito
palpitaba de emoción.
El joven con agrado
observaba desde la puerta
como su hijo cabalgaba
en lo que un día fue también
su propio caballito de madera.
y con gran ilusión lo llevó
a una linda habitación.
El caballito reconoció el lugar
era el mismo cuarto
donde una vez tanto jugó.
Un niño vino corriendo
y en su lomo se montó.
y mientras alegre se mecía
el corazón del caballito
palpitaba de emoción.
El joven con agrado
observaba desde la puerta
como su hijo cabalgaba
en lo que un día fue también
su propio caballito de madera.