Entre los postigos de una vieja casa
vivió un niño su primera infancia.
Y todas las tardes,
desde una estrecha ventana,
veía correr, turbia pero en calma,
la pequeña quebrada...
Un patín oxidado y viejo por las calles arrastraba
y a pesar de su pobreza, con alegría jugaba
al ver sus barquitos de papel
navegar por la quebrada
vivió un niño su primera infancia.
Y todas las tardes,
desde una estrecha ventana,
veía correr, turbia pero en calma,
la pequeña quebrada...
Un patín oxidado y viejo por las calles arrastraba
y a pesar de su pobreza, con alegría jugaba
al ver sus barquitos de papel
navegar por la quebrada