PLEGARIA JOVEN
Señor del Uninverso llegan mis manos
colmadas de vida a darte las gracias,
con mi corazón que te entrega todo
su amor...
¡Gracias! por mi carne y mi alma, por
ese puñado de sentimientos que
poseo... que me gritan cada día lo que
puedo dar...
¡Gracias! por la sangre que en
torrentes fluye por mi cuerpo, por
esta siempre juventud en mi corazón,
siento que cada día nace un ser
nuevo joven para recibirte en vida y
amarte sin fin...
¡Gracias! por maravillarme con las
cosas de tu creación, por esas flores
que perfuman los amaneceres... aun
los sin sol... por el sonido del mar y
los peces plata que lo cruzan... en
bravas olas...
¡Gracias! por la gente de mi Salta,
por aquel que esculpe la tierra... por
el que vive en los cerros de mil
colores en el verde valle... por la
humildad que brinda... en sus
rostros llenos de pesares...
¡Gracias! por dejarme un camino
sembrado de amor, un canto a la
vida, un espejo donde mirar mi rostro
y buscar el tuyo como fuente... luz de
vida...
¡Gracias! gran arquitecto... que me
enseñas en cada misterio de la vida,
cual es tu verdad... bondad
infinita... sentimiento puro...
¡Gracias! maestro universal por mis
sentidos, por la alegria, porque
canto, rio, amo, lloro, sufro, por esos
momentos intensos de feliciadad que
me conectan contigo, esos simples
momentos que me enseñas a
compartir con mis hermanos del
mundo..
¡Gracias! por enseñarme a no juzgar
a los demás... a no discriminar... a no
odiar, a no tener envidias, a buscar la
justicia, a ser tolerante... a intentar
ser imagen y semejanza tuya...
Me das mucho... ¡que poco te doy a
cambio!... busco en mis ropajes,
miro mis alforjas de vida, en ellas
sólo encuentro... un camino de
verdad que me guia como una
estella cual es mi rumbo... y navego
en mar seguro y calmo...
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
¡Divino Maestro!
Marcelo Romano
Señor del Uninverso llegan mis manos
colmadas de vida a darte las gracias,
con mi corazón que te entrega todo
su amor...
¡Gracias! por mi carne y mi alma, por
ese puñado de sentimientos que
poseo... que me gritan cada día lo que
puedo dar...
¡Gracias! por la sangre que en
torrentes fluye por mi cuerpo, por
esta siempre juventud en mi corazón,
siento que cada día nace un ser
nuevo joven para recibirte en vida y
amarte sin fin...
¡Gracias! por maravillarme con las
cosas de tu creación, por esas flores
que perfuman los amaneceres... aun
los sin sol... por el sonido del mar y
los peces plata que lo cruzan... en
bravas olas...
¡Gracias! por la gente de mi Salta,
por aquel que esculpe la tierra... por
el que vive en los cerros de mil
colores en el verde valle... por la
humildad que brinda... en sus
rostros llenos de pesares...
¡Gracias! por dejarme un camino
sembrado de amor, un canto a la
vida, un espejo donde mirar mi rostro
y buscar el tuyo como fuente... luz de
vida...
¡Gracias! gran arquitecto... que me
enseñas en cada misterio de la vida,
cual es tu verdad... bondad
infinita... sentimiento puro...
¡Gracias! maestro universal por mis
sentidos, por la alegria, porque
canto, rio, amo, lloro, sufro, por esos
momentos intensos de feliciadad que
me conectan contigo, esos simples
momentos que me enseñas a
compartir con mis hermanos del
mundo..
¡Gracias! por enseñarme a no juzgar
a los demás... a no discriminar... a no
odiar, a no tener envidias, a buscar la
justicia, a ser tolerante... a intentar
ser imagen y semejanza tuya...
Me das mucho... ¡que poco te doy a
cambio!... busco en mis ropajes,
miro mis alforjas de vida, en ellas
sólo encuentro... un camino de
verdad que me guia como una
estella cual es mi rumbo... y navego
en mar seguro y calmo...
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
¡Divino Maestro!
Marcelo Romano