Te quiero cada día, cada instante, cada pensamiento, cada mirada, cada palabra. Te quiero en tu recuerdo, en tu presencia. Te quiero en mi añoranza de ti.
Te quiero sin pedirte nada a cambio, simplemente te quiero. Y aunque tú no me quisieras, yo te seguiría queriendo eternamente igual.
En fin, te quiero y cualquier palabra no podría expresar este sentimiento. Lo comprobarás... queriéndome.