El amor nunca muere de hambre; con frecuencia de indigestión.
Hablar de locura de amor es un pleonasmo; el amor en sí ya es locura.
El machista no conoce la pasión, ni la comprensión, ni el amor.
Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada.