¿tienes una pastelería?

PETRES: Diego Dublé Urrutia...

Diego Dublé Urrutia

El lanzamiento

De pronto, en pleno día, cual si hubiera
caído ya la tarde, la montaña
paró de resonar... Bajó la fiera
del monte. Despertóse la alimaña
rondadora y el último gemido
del viejo roble herido
por las rústicas hachas, rebotando,
naufragó en el silencio... Se diría
una inmensa embriaguez, o la agonía
de una madre común... Labriegos mudos
corrían por las sendas, sollozando,
con sus hijos a cuestas. Perros fieles,
silvestres y lanudos,
les seguían. Los pájaros salvajes
devoraban, chillando, los planteles
indefensos. Inmensa era la pena
que turbaba la paz de los boscajes.
¡Horrible y desolante la condena
que azotaba a sus hombres!
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
En un claro
del bosque el centenario campesino,
patriarca de las selvas, escuchaba,
como un reo de muerte,
la implacable sentencia del destino.
La justicia del hombre le arrojaba
del terruño. Debiera salir luego,
al instante. Rodar era su suerte
como rueda un leproso... No era suya
la tierra no era suyo aquel asilo
de raposas, labrado por sus manos.
La ley lo quiere así: no es del labriego
que la vence, la selva impenetrable,
sino del que la compra... Las mujeres
lloraban y el anciano venerable
sollozaba también. La selva pía
respondía al clamor de aquellos seres
desolados... Tardaban.. Ya no había
sino que obedecer. Era la hora
de la siesta y, en fila, lentamente,
partieron para siempre, y hasta ahora...
Aquello semejaba una partida
para la eternidad... ... (ver texto completo)