Miriam Elim
Imprecación
Me quedaré sola. No huyo este dardo!
Como que mi carne sale del temblor
del sollozo largo, que deja en los labios
la palabra buena o la imprecación.
He de darlo todo: La vida lo quiere!
como da en Otoño el árbol sus hojas;
más queda esperando que en la Primavera
serán su aguinaldo flores olorosas.
Yo no espero nada y he de darlo todo:
lo que era dulzura y era claridad.
Doy mi oro de Otoño, me abrazo al Invierno;
no habrá Primavera, ni Estío vendrá.
He de darlo todo! Me duele... me duele
entregar así mi parte de amor.
La palabra buena huirá de mis labios;
será mi sollozo una imprecación.
Imprecación
Me quedaré sola. No huyo este dardo!
Como que mi carne sale del temblor
del sollozo largo, que deja en los labios
la palabra buena o la imprecación.
He de darlo todo: La vida lo quiere!
como da en Otoño el árbol sus hojas;
más queda esperando que en la Primavera
serán su aguinaldo flores olorosas.
Yo no espero nada y he de darlo todo:
lo que era dulzura y era claridad.
Doy mi oro de Otoño, me abrazo al Invierno;
no habrá Primavera, ni Estío vendrá.
He de darlo todo! Me duele... me duele
entregar así mi parte de amor.
La palabra buena huirá de mis labios;
será mi sollozo una imprecación.