Se rompe en nuestras manos
con facilidad,
como las margaritas,
como la magia de lejanos sueños infantiles.
El pan,
humildemente,
se esparce como los mejores recuerdos.
Cada migaja
es una burla a la muerte.
No le pidas mayores sacrificios.
No al pan.
Tu vergüenza queda bien escondida
tras su amable entrega.
No te justifiques.
con facilidad,
como las margaritas,
como la magia de lejanos sueños infantiles.
El pan,
humildemente,
se esparce como los mejores recuerdos.
Cada migaja
es una burla a la muerte.
No le pidas mayores sacrificios.
No al pan.
Tu vergüenza queda bien escondida
tras su amable entrega.
No te justifiques.