¿tienes un restaurante?

PETRES: Dame tu mano, amor, que vengo herida...

Dame tu mano, amor, que vengo herida
No de espina sin fin, sino de rosa.
Dame tu mano donde el sol reposa
Y brota la ternura renacida

Dame tu mano: el agua embellecida
Por esta sed urgente y ardorosa
Con que la ausencia viene, hiere, acosa
Y deja a mi razón loca y vencida.

Dame tus manos, boca, pecho, frente
A salvo de distancias y de olvido
Que tu palabra, amor, no es suficiente.

Déjame que mi tacto se haga oído,
Que tu cuerpo su propio idioma invente
Y lo convierta en canto sumergido.

Valle de Panchoy, enero del 2001.