Las primeras noticias que se tienen de la zona de
Pinedo datan de la conquista de
Valencia de Jaime I, ya que en esta zona acamparon los soldados provenientes de Tortosa. En recuerdo de la conquista los mismos soldados erigieron una
cruz de
piedra, que se conoció como la Creu de la Conca y dio nombre a esta la partida durante varios siglos. Sin embargo, el Llibre del Repartiment de Valencia no habla de ninguna alquería ni lugar de importancia en la zona, y los textos posteriores de viajeros y geógrafos hablan de un terreno pantanoso y yermo, de tierras incultas y gran insalubridad. Con mucha probabilidad, esta área no empezó a poblarse hasta bien entrado el siglo XVIII, coincidiendo con el retroceso de los límites de la Albufera y el cese de las incursiones de los piratas berberiscos.
Hasta el siglo XIX, Pinedo, entonces dependiente del municipio de Ruzafa, seguía constituyendo una extensa zona de marjal dedicada en parte al cultivo de arroz, escasamente poblada y separada de la
playa por un denso
pinar, prolongación de la Dehesa del Saler, en el que probablemente está el origen del topónimo. El núcleo en sí nace entre finales del siglo XVIII y principios del XIX a partir del eje norte-sur que conformaba la carrera del
Río (aproximadamente el que hoy ocupa la autovía del Saler) y otro eje menor perpendicular que enlazaba con la playa. En 1840 Pinedo contaba con 358 habitantes y numerosos locales comerciales, lo que lo convertía en uno de los núcleos principales de esta zona de la
huerta. En 1877 Pinedo, junto con el resto del municipio de Ruzafa, quedaron anexionados a Valencia.
En 1940 Pinedo contaba ya con 2975 habitantes, población que se mantuvo hasta la década de 1960, en que la población decae rápidamente. Este hecho se debió por una parte al éxodo rural, aunque mucho más determinante fue la construcción del nuevo cauce del río Turia, que conllevó la destrucción de buena parte de la huerta, un gran número de viviendas e incluso la
iglesia parroquial. Sin embargo, desde mediados de la década de 1970 la población volvió a aumentar, hasta alcanzar los 2078 habitantes en 1986. Son frecuentes los hallazgos arqueológicos submarinos en la costa enfrente de la localidad, en los que se han recuperado ánforas desde la época
romana hasta la Edad Media, cepos de anclas y abrazaderas de plomo. Destaca, sin embargo, una
escultura en bronce de Apolo que se halló el 8 de diciembre de 1963.