Y volvemos a los antiquísimos ritos de purificación con los que se preparaba el resurgir de la vida. El vigoroso marzo tenía que ser precedido por un enérgico februario, el mes de la poda, la limpieza de los campos, de los corrales, de los animales, de las casas e incluso de uno mismo. Y en los conceptos de limpieza, bueno y oportuno es recordarlo precisamente ahora que nos amenaza una terrible epidemia ganadera que algo tiene que ver con prácticas alimentarias gravemente desviadas; en los conceptos ... (ver texto completo)