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Margarito Cuéllar

Ojos

El mundo lleno de ojos. Relámpagos cintilan en lanoche o parpadean en laluz. Algunos ven, otros nada más matan. Algunos miran hacia adentro, otros hacia ninguna parte. Vivo en una celda de ojos, como la letra de un bolero que resiste el olvido. Estar adentro es ir afuera. El habitante de unos ojos navega pequeñísimas barcas, cultiva jardines bonsai, construye ciudades invisibles. Cuando me vaya extrañaré la casa, a pesar de ser cárcel fluía algo de calor. No sé si los ... (ver texto completo)
Margarito Cuéllar

El alimento de los ángeles

A Galaver

Tienen algo de pájaros, mas sus espíritus delicados repelen el alpiste. Son la especie más rara en la fauna del cielo. Les dejo en el patio algodones húmedos en leche, hostias de sabores, fruta suave. Los ángeles bajan por la noche. A eces los descubro. La música de sus alas. La fruta intacta en su pulpa jugosa. El patio lleno de plumas. “Los ángeles comen polvo del paraíso, granos de estrellas”, dice mi mujer. Un ángel de mascota muere ... (ver texto completo)
Margarito Cuéllar

Vida de los animales y las plantas

La luz es importante para la respiración de los peces y la movilidad de las
esporas.
El sabor de la sandía es rojo.
El sueño del mar es verde.
Un vaquero juega con una vaca pinta en la sala de su casa.
Una mujer desnuda, a cualquier hora del sueño, es un peligro para el tráfico. ... (ver texto completo)
Margarito Cuéllar

Alegratura

A Rafael Courtoisie

La alegría puso un huevo. Romper su cáscara es un reto: a un huevo alegre no lo abre piedra ni martillo. Humor y sal, en dosis sutiles. No siempre tiene la superficie de un ovoide. Suele haber huevos cuadrados y en forma piramidal, barra de hielo o de esferas cristalinas. Incluso poliedros. El parto de la alegría en su fase larvaria. Filamentos, sonidos, dientes para la fiesta. Es posible la presencia de ligamentos verdes, líquenes y músculos ... (ver texto completo)
Margarito Cuéllar

La siembra

A Vicente Quirarte

A diario riego el árbol de mis poemas. Corto su fruto dulce, amargo o con espinas. Le podo las licencias marchitas, lo libero de larvas y quistes. Los catadores reclaman lo mal que anda mi siembra. Definitivo: retiran mis versos del firmamento. Yo miro transitar ríos de saliva, escucho las detonaciones de sus balas de salva, preparo abono con mierda de vaca y huevos de avestruz, afilo las tijeras de podar. Sé que algo nacerá, aunque no llueva.
Margarito Cuéllar

Vaca en el aire

... unos niños
volaban con sus vacas
y sus caballos y sus corderos
en medio de la tarde...
Enrique Fierro
... (ver texto completo)
Margarita Laso

La contemplación (II)

tus besos
guatitambos de carne y jugo
el acento de la incertidumbre en cada movimiento
suave la nave de la lengua
las teclas de mader o de marfil
la exhalación del fuelle y sus columnas de aire ... (ver texto completo)
Margarita Laso

La contemplación (I)

y tus besos
como el órgano de la catedral
como sus tubos
largos
como el dejo de sus bajos
... (ver texto completo)
Nada se olvida mas despacio que una ofensa; y nada mas rapido que un favor (Martin Luther King)
Dios me perdonará, es su oficio (Heinrich Heine)
La felicidad de sufrir es la que determina la sabiduría (Friedrich Nietzsche)
Todas las obras de arte deben empezar por el final (Edgar Allan Poe)
Entre el pudor y la hermosura hay un gran conflicto (Publio Ovidio Nason)
Nunca haga aquello por lo que no quiere que se le conozca (Ralph Waldo Emerson)
La belleza, como el dolor, hace sufrir (Thomas Mann)