ROCAFORT: ¡Qué tristeza!Un pueblo que era puro campo con casas...

¡Qué tristeza!Un pueblo que era puro campo con casas bonitas, lleno de árboles.Ahora sólo hay grúas, en vez de árboles, cemento, donde había vegetación, asfalto, donde había tierra.

No lo verán nuestros nietos.La política de destrucción medioambiental está acelerando el proceso de desertización.Cada vez más coches, más dificultades para las bicis, en fin, la calidad del aire es cada vez peor.

¿Y a quién beneficia la destrucción de la huerta?¿Dónde están los resultados del negocio inmobiliario?¿Han aumentado los servicios sanitarios y educativos?
¿Van a dejar algún centímetro de vegetación para oxigenar la atmósfera?

Esto no es una crítica a las personas sino a las políticas cortoplacistas que conducen al enriquecimiento de unos pocos a costa de la salud colectiva.

Ana Gómez García.