En el Neolítico ya habían asentamientos humanos en este término. La zona de la
Laguna fue ocupada en este período. Posteriormente en la época del Bronce nos encontramos con un poblado importante en el cerro de la Relamina, donde aún se pueden observar los restos de lienzos de
muralla de estos pobladores y de los íberos. Pero el período histórico del que encontramos más yacimientos es la época ibérica. De todos los hallazgos destaca la Estela Ibérica, lapida funeraria que se puede contemplar en el
Museo Arqueológico de
Valencia. De los aproximadamente 20 yacimientos ibéricos que aparecen en
Sinarcas, hay que destacar dos especialmente por su importancia: el del Cerro de
San Cristóbal y el del Cerro Carpio. También son importantes los hallazgos de restos arqueológicos de época
romana.
Muestra de todas estas civilizaciones antiguas que habitaron en estas tierras, las encontraremos en el pequeño museo de Sinarcas, que todo interesado puede visitar si lo concierta previamente en el
Ayuntamiento.
Después de la caída del Imperio
Romano no aparecen restos arqueológicos, ni hay ninguna
fuente histórica que mencione Sinarcas. Del período musulmán, si que encontramos restos y topónimos, destacando un importante tesorillo árabe con monedas de oro y plata.
Seguramente Sinarcas fue reconquistada a principios del siglo XIII, por las tropas de Pedro II de
Aragón. Con Jaime I el Conquistador ya hay documentos que afirman que Sinarcas pertenecía al Reino de Valencia. El 23 de Marzo de 1.304 Jaime de Jérica, nieto de Jaime I, otorgó a Sinarcas La Carta Puebla a 70 pobladores. En los archivos municipales del Ayuntamiento se encuentra copia de este importante documento para esta localidad. Esta población desde su reconquista cristiana siempre perteneció al Reino de Valencia, cosa que no ocurre con los restantes
pueblos de la comarca
Utiel-Requena.